Creo que la noción básica de mente y cuerpo está clara en la mayoría de las personas, porque existe algo tangible a lo cual referirnos, tengo este cuerpo que toco, que tiene necesidades, y que experimento con mis cinco sentidos: sentido de la vista o de la visión, sentido del oído o de la audición, sentido del gusto o de sabor, sentido del olfato o del olor, sentido del tacto.
La mente tiene manifestaciones claramente percibidas, de las que nos damos cuenta, nos damos cuenta de lo que pensamos y de lo que sentimos y de las emociones que experimentamos y distinguimos niveles en esta toma de conciencia y sabemos que eso lo hace nuestra mente. Sin embargo existen dos dimensiones más de nuestro ser que no son tan tangibles como el cuerpo y la mente: el alma y el espíritu.
Todo cuerpo/mente se ve energizado desde su origen por el espíritu que es esa chispa divina, y es justo cuando el espíritu energiza a nuestro cuerpo/mente que surge el alma. El alma es esa parte de nuestro ser que se ve impactada por todas esas experiencias mentales y corpóreas. El alma es el estado profundo del ser humano. Por eso es que a veces preguntamos ¿Cómo está tu alma? Porque aludimos a la idea de saber cuál es el estado profundo del ser de una persona.
El espíritu puede re-potenciar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra alma, el espíritu está en cada cedula y en cada átomo. Es desde nuestro espíritu que logramos un equilibrio cuerpo/mente/alma. El espíritu es la fuerza que sostiene nuestro ser y el alma, junto con el cuerpo y la mente constituye nuestro ser. Muchas veces en nuestra vida diaria ponemos atención a nuestro cuerpo y nuestra mente, pero rara vez tomamos conciencia de que cuerpo y mente están conectados a través de nuestro ser y que si la mente piensa en negativo el cuerpo lo manifiesta. Y aún más no nos damos cuenta de que nuestra alma, esa parte más profunda de nuestro ser también está siendo impactada por esas emociones, esos pensamientos y esas experiencias que están en nuestra mente. Cuando mente/cuerpo/alma están en armonía el bienestar se hace manifiesto y la fuerza del espíritu nos permite seguir adelante, cuando hay una desarmonía, tomar conciencia, darnos cuenta es lo primero y retomar fuerza y recursos de nuestro espíritu es lo definitivo. Los celtas usan un símbolo que expresa muy bien eso que quiero transmitirte: Triskel Símbolo celta para mente/cuerpo/alma, fíjate como los tres elementos son sostenidos por la fuerza casi invisible del espíritu. Usa la fuerza del espíritu para transformarte.
por Maria Elena Castro