Comprométase a dejar de fumar

Desde ahora deje de fumar para siempre.

Este propósito puede ser el más importante de su vida.

Cada día que transcurre es símbolo de renovación y una oportunidad, de un nuevo comienzo. Es el momento de fijarse metas y hacerlas públicas, para obtener el apoyo y la motivación de la familia y los amigos. Para algunos, es la primera vez que intentan hacerlo; pero puede ser que otros lo hayan intentado antes, pero mejor logrelo.

Usted puede dejar de fumar

Dejar de fumar puede ser un desafío que requiera múltiples intentos. Pero usted puede hacerlo y es importante seguir intentándolo. ¡No se dé por vencido! Cada vez que intente dejar de fumar, aprenderá algo nuevo. Casi 50 millones de fumadores han logrado dejar el cigarrillo. De hecho, desde el 2002, el número de ex fumadores en los Estados Unidos sobrepasó al número de fumadores actuales.

Mejore su salud

El humo del cigarrillo contiene más de 7.000 sustancias y compuestos químicos, muchos de los cuales son tóxicos o cancerígenos (causan cáncer). Fumar es una de las causas de la peligrosa acumulación de placa dentro de las arterias. La placa está compuesta de colesterol y tejido cicatricial. Obstruye y produce el estrechamiento de las arterias. Esto puede causar dolor en el pecho, debilidad, ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares. La placa se puede desprender y causar coágulos que obstruyan las arterias. La obstrucción total de las arterias puede ocasionar la muerte repentina.

Afortunadamente, las personas que dejan de fumar pueden reducir significativamente su riesgo de enfermedad o muerte prematura. Y entre más joven sea al dejar de fumar, mayor probabilidad tendrá de evitar estos problemas.

Dejar de fumar:

  • Disminuye el riesgo de contraer cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer;
  • Reduce el riesgo de cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares y vasculopatía periférica;
  • Reduce los síntomas respiratorios, como tos, sibilancias y dificultad para respirar;
  • Reduce el riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una de las causas principales de muerte en los Estados Unidos;
  • Reduce el riesgo de infertilidad en las mujeres durante su etapa reproductiva. Las mujeres que dejan de fumar durante el embarazo también reducen el riesgo de que su bebé nazca con bajo peso.

Si usted deja de fumar, también ayudará a proteger a sus hijos, familiares y amigos de la exposición al humo secundario del cigarrillo, el cual puede causar daños inmediatos a las personas que no fuman.

  • Daños a las personas expuestas al humo del tabaco
    Cuando las personas que no fuman respiran el humo secundario del tabaco, las plaquetas de su sangre se vuelven pegajosas y se pueden formar coágulos, tal como ocurre en las personas que fuman. Esta exposición aumenta su riesgo de ataques cardiacos y de muerte. El humo secundario del cigarrillo también puede causar cáncer de pulmón.
  • Daño a los niños
    Los bebés y niños expuestos al humo secundario del cigarrillo pueden sufrir bronquitis, neumonía e infecciones de oído. La exposición les puede causar sibilancias y tos más frecuentes. Si tienen asma, respirar el humo del cigarrillo de los demás puede causarles un ataque de asma tan grave que requiera hospitalización. El humo secundario del cigarrillo también causa el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS).

No hay una cantidad «inofensiva «de humo secundario del cigarrillo. Puede ser peligroso aunque solo se inhale en pequeña cantidad. Si usted deja de fumar, mejorará su salud y protegerá a los que les rodean del humo secundario.

¿Cómo dejar de fumar?

¡Lo más importante es intentarlo! Hay muchos métodos eficaces, ya que no hay uno solo que funcione para todos. Hable con su médico o su proveedor de atención médica sobre su intención de dejar de fumar, para obtener información y apoyo gratuitos.

Puede prepararse si establece una fecha para dejar de fumar en los próximos días y cambia su ambiente (p. ej., se deshace de TODOS los cigarrillos y ceniceros en su casa, su automóvil y su lugar de trabajo y no deja que otros fumen en su presencia). También, recuerde las veces pasadas que intentó dejar de fumar. Piense en lo que le funcionó y lo que no. Una vez que haya dejado de fumar, no fume ¡NI SIQUIERA UNA COPIADA!

Obtenga apoyo y motivación. Los estudios han demostrado que la probabilidad de dejar de fumar es mayor si la persona cuenta con ayuda. Usted puede obtener apoyo de muchas maneras. Por ejemplo, dígale a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo que va a dejar de fumar y que quiere que lo apoyen. Pídales que no fumen cerca de usted y que no dejen sus cigarrillos a la vista.

Hable con sus proveedores de atención médica (como su médico, dentista, enfermera, farmaceuta, psicólogo, o con su consejero para dejar de fumar). Busque consejería individual, grupal o por teléfono. La consejería duplica sus probabilidades de lograr su meta. Mientras más ayuda tenga, más probabilidad tendrá de dejar el cigarrillo. La consejería le puede ayudar a identificar y superar las situaciones que desencadenan su ansia de fumar. Existen programas de ayuda gratuitos en hospitales y centros de salud locales. Solicite a su departamento de salud local información sobre los programas que hay en su área.

Intente distraerse cuando le vengan ganas de fumar. Hable con alguien, salga a caminar o póngase a hacer algo. Cuando realice su primer intento por dejar de fumar, cambie su rutina. Cambie su ruta para ir al trabajo. Desayune en un sitio distinto. Haga algo para reducir el estrés. Tome un baño caliente, haga ejercicio o lea un libro. Planee alguna actividad que disfrute para cada día. Beba mucha agua y otras bebidas.

Consulte a su médico sobre los medicamentos que pueden ayudarlo a dejar de fumar y a disminuir sus ansias de fumar.

  • Puede que le ayuden las «terapias de remplazo de nicotina» que se venden sin receta médica. Estos son medicamentos que contienen nicotina para ayudar a disminuir las ansias de fumar y los síntomas de abstinencia, para que usted pueda concentrarse en cambiar las conductas y hábitos que desencadenan las ganas de fumar. Los medicamentos de remplazo de nicotina se pueden adquirir sin receta médica e incluyen las pastillas de nicotina o lozenges, goma de nicotina y parches de nicotina.
  • También puede pedirle a su médico una receta para obtener medicamentos como inhaladores o aerosoles de nicotina que son similares a los de venta libre.
  • Otros medicamentos recetados no contienen nicotina y funcionan de manera distinta para ayudar a reducir las ansias de fumar. Estos medicamentos están aprobados y han demostrado ser eficaces para ayudar a dejar de fumar. Consulte a su médico o a su proveedor de atención médica.

También puede combinar la consejería para dejar de fumar con medicamentos con o sin receta médica. La consejería y los medicamentos son eficaces cuando se usan solos para tratar la dependencia al tabaco. Sin embargo, su efecto es más eficaz si se utilizan en forma combinada.

Independientemente de la manera en que decida dejar de fumar, ya sea con medicamentos, consejería o simplemente dejando de hacerlo, lo más importante es intentarlo y ser perseverante.

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