Las fobias son aquello que nos causan un miedo profundo, irracional e inexplicable a cualquier elemento del mundo. Existen fobias a las arañas, a lo desconocido que hay en las profundidades del océano, incluso fobia a los pies ajenos. ¿Lo sabías?
El origen de las fobias es diferente en cada persona. Algunas personas sufren de experiencias o eventos traumáticos que, como consecuencia, les hizo desarrollar una fobia a algo implicado en dicha situación. Para otros, el miedo simplemente está ahí y no tiene una explicación lógica para su existencia. No obstante, las fobias son algo que se puede llegar a controlar e incluso eliminar por completo, si se trabajan de la manera correcta.
Para empezar, hay miedos que pueden tratarse por cuenta propia, con ejercicios, respiración consciente y mucha voluntad; pero hay otros, que son más profundos y requieren de trabajo con ayuda profesional.
Si consideras que tu fobia es manejable puedes intentar los siguientes ejercicios para mejorar tu calidad de vida.
- Mantén un estilo de vida saludable. El buen dormir, una dieta saludable y la actividad física pueden ser lo que necesitas para disminuir, o incluso eliminar, los síntomas de la ansiedad y pensamientos premonitorios.
- Utiliza técnicas de relajación. Ejercicios que se enfoquen en la mente y la respiración, como el yoga, pueden ser muy útiles para controlar pensamientos negativos.
- Evita situaciones desagradables. Evadir es de valientes, si eres consciente que una situación te genera malestar, lo más sano es evitarla. Puedes pedirle ayuda a tus seres cercanos para evitar este tipo de situaciones.
Si, por el contrario, tu miedo o fobia es mucho más profundo, es probable que necesites de ayuda profesional para poder superarlo.
Uno de los tratamientos más comunes es, el tratamiento psicológico, que consiste en implementar diferentes técnicas de la terapia cognitiva-conductual y la terapia contextual.
Una técnica muy utilizada es la Terapia de aceptación y compromiso. Esta consiste en analizar el por qué se huye de la situación que genera miedo y reconocer que, al momento de huir, se le está otorgando valor y poder a esa fobia sobre su vida; al igual que evitar la confrontación con el miedo, genera una predisposición a largo plazo, para que se conserve y se alimente ese miedo.
Otra herramienta utilizada en la psicología moderna es la técnica de exposición. Como su nombre lo indica, consiste en, progresivamente, exponer a la persona a su fobia o al estímulo que origina los sentimientos de miedo o ansiedad, con el propósito principal de, generar sensación de seguridad y reducir su impacto negativo hasta el punto en que la fobia desaparezca por completo. Al emplear este tipo de técnicas, puedes aprender a reconocer tus patrones de pensamiento y controlar tu comportamiento. En esta técnica, la exposición puede ser simbólica, mediante imágenes o elementos gráficos; por medio de realidad virtual, donde no se necesita una exposición física directa; o por medio de enfrentamiento directo, que implica un gran control de emociones y no es recomendado como la primera fase del tratamiento de fobias.
Por último, encontramos la técnica de desensibilización sistemática. Muy similar a la técnica anterior, implica combinar los estímulos con ejercicios de relajación y reestructuración cognitiva. Esto quiere decir que, la persona es expuesta a su fobia, en un ambiente controlado, donde se lleva la mente a un espacio de relajación y se busca transferir, la sensación de paz y relajación, al escenario donde se enfrenta la fobia, de tal forma que se pueda reestructurar cognitivamente el miedo en algo menor e incluso, mucho más constructivo.
El cerebro es una herramienta que, en algunos aspectos, aún se encuentra mucho más allá de la comprensión del ser humano. Por eso, aunque algunas veces se desarrollen miedos de manera inexplicable, por tu bienestar, lo mejor es aprender a tratarlos para llevar una vida plena sin ataduras ni limitaciones.